Seguidores

15 de marzo de 2013

Mi Secreto. Capítulo 35: Retratos de, Yeats








CAPÍTULO 35


RETRATOS DE, YEATS


La relación con Aarón caducó no mucho después de la última llamada de Rob. Y no. Él, ya no me volvió a buscar, pero su existencia en mi pasado nos afectó mucho. Aún así en diciembre y a pesar de todos los conflictos que habíamos estado teniendo; Aarón, sorpresivamente, me pidió matrimonio.

Darme cuenta de que no pude contestarle llena de euforia, “¡Sí!”, fue mi alarma final. No podía seguir dependiendo de Aarón para sobrellevar un recuerdo que me daba pánico. Y así, sabiendo ambos que lo quería, pero no lo suficiente; terminamos nuestra relación para siempre.

Robert y Kristen pasaron, en la realidad, las fiestas por separado y yo celebré la Navidad del 2012 sola con mi familia también. Aarón me mandó un escueto mensaje de felicitaciones que respondí inmediatamente, pero que quedó en el limbo por su parte. No supe más de él hasta que regresé al trabajo en Enero.

Si fue malo trabajar juntos bajo esas circunstancias, fue peor cuando para finales del mismo mes, él renunció a la empresa en pos de un nuevo trabajo lo más lejos posible de mí. Aquello, ¡sí que fue penoso!

Robert partió para Australia a filmar su nueva película desde principios del 2013, y aunque ya no estaba tan a la expectativa de su vida, seguí enterándome de ella con mucha más facilidad que de la de Aarón. 

Había fotos de él, bronceado y luciendo extraño, tal como el personaje lo requería y en las pocas imágenes que aparecieron de Rob en su vida privada, mientras que trabajaba y vivía “Ahí Abajo”, como le llaman al país los anglosajones; se le veía sonriendo feliz.

Un par de meses después, también se supo por todos los medios de chismes de farándula que él y Kristen habían roto finalmente, alegando que era difícil llevar una relación a distancia. Por supuesto que muchas revistas amarillistas como la OK y la US recurrieron a la historia del affaire de de Kris como el verdadero motivo de la separación, e incluso arguyeron que había una chica misteriosa en la vida de Pattinson desde mucho tiempo atrás. Yo no pude más que reírme ante el rumor, al ser éste no tan falso, como sostenían los blogs Robsten. 

Moka estaba feliz de verlo libre de lo que ella llamaba “una mala relación” y le deseaba de corazón encontrase una chica que le ayudara a superar tanta tontería y hacerlo completamente feliz. Cuando ella me decía esto, yo sólo podía sonreír benevolentemente y con tristeza. Sí, ojalá que así fuera… Era una lástima que esa mujer no fuese a ser yo.

En mayo, se supo que la filmación de su segunda cooperación con Cronenberg, se atrasaría un poco; lo cual afectó también el calendario de su otro proyecto a filmar en locaciones en Irak, cuyo invierno era imposible para ambientar en la trama del mismo. Aún así, y a marchas forzadas, los tres proyectos se lograron completar a tiempo.

Nuevamente, el internet se vio saturado de promociones y entrevistas, muchos medios tenían ganas de derribar a Robert del pedestal en el que algunas de sus fans, las histéricas y obsesionadas, lo habían subido. Deseaban demostrar que era un ídolo con pies de barro y con ello vender miles de noticias y publicidad malsana. Definitivamente fue un año difícil en su vida como figura pública.

Sentimentalmente lo relacionaron con decenas de actrices y modelos, pero cada vez que lo entrevistaban él simplemente se limitaba a decir que estaba soltero y que aunque era halagador que lo consideraran tan galán como para tener varias mujeres a la vez, eso no era posible, ni cierto. Su sentido del humor para contestar a los reporteros permaneció inmutable y su risa se mantuvo siempre contagiosa al reírse de los mismos disparates que él contestaba. Eso, fue una gran arma que lo ayudó a sortear las malas intenciones de muchos mientras que sus películas se probaban a sí mismas. 

Sólo uno reportero cercano a él, que le conocía de tiempo atrás y que le había entrevistado en muchas y variadas ocasiones, le hizo la observación de notarlo más maduro. Él rió inicialmente ante la afirmación, pero luego se tornó serio y respondió, “…Eso espero… Sería decepcionante que siguiera siendo un niño, atrapado en el verano del 2009… Es decir, no quiero ser más un… bueno, creo que antes estaba deslumbrado por todo lo que la fama me trajo, pero eso me costó muy caro…”. 

Semejante aseveración sólo causó más interés en saber a qué se refería, pero él sólo rió evasivo y se limitó a decir que, “…a veces conoces a personas que van a ser muy importantes en tu vida del modo más inverosímil, pero por tonto, terminas decepcionándolas… Tú sabes, puede ser hasta en un aeropuerto, tomando café de madrugada… Y luego, bueno, uno puede perder el piso y tomar las decisiones erradas… Sí, bueno, me encantaría filmar una comedia de humor negro, como la vida misma… Eso sería muy sano… conejos disparándole a dragones…”. Y así, con semejante confesión de su parte, al parecer incoherente y fuera de contexto; mi corazón se desbocó al saber de ella.  

Moka me dio una gran noticia a mediados de ése mismo año. Cerca de mi cumpleaños número treinta y uno, me dijo que estaba embarazada. ¡Cómo me alegré por mi amiga! Por supuesto que desde un principio me pidió que fuese la madrina del bebé y le agradecí enormemente el quererme tanto como para hacerme parte de su familia con ese gesto.

Seguí soltera todo ese año; mi amiga se empecinó en empatarme con varios de los amigos de su marido pero me negué rotundamente. Luego de dos fallidas propuestas matrimoniales y una relación agotadora y malograda, lo único que quería era vivir tranquila y no volver a subirme a ese tren hasta estar completamente bien conmigo misma.

Seguro para éste punto han de sentirse decepcionadas porque no busqué a Rob luego de terminar con Aarón, pero si lo analizan fríamente, entenderán que sólo seguí con mi vida. El que los dos estuviéramos solteros no quería decir que debía saltar a buscarlo como loca, no. Simplemente era otra broma pesada del azar. Él y yo vivíamos en  mundos distintos cada día y cada noche y eso era un enorme e interminable muro a centímetros de mi nariz; así que no había camino por delante de él. Es más, la única vez que caí en la tentación de contactarlo a través de aquél correo electrónico suyo de años atrás, resultó ser un camino muerto al estar desactivada la cuenta. Así que, aunque algo decepcionada, tuve que aceptarlo y dejarlo por la paz.

No les conté, pero en el trabajo fui la comidilla luego de mi rompimiento con Aarón. Para muchos éramos una pareja dorada y más de una se sintió rabiosa conmigo luego de herirlo como lo hice. Por supuesto que se supo que yo no había querido casarme con él y que era porque yo estaba enamorada de alguien más, pero afortunadamente, nunca se escuchó el nombre de dicha persona. Así que todo quedó en rumores y miradas tanto de pena, como de desdén. De verdad que no intenté buscar el apoyo de nadie durante ese periodo, porque yo también me consideraba una mala persona respecto a Aarón y callé ante cualquier pregunta o rumor. A fin de cuentas, merecía bastante el enojo que me guardaban.

Fue tan vasta la noticia de nuestro fracaso que inclusive un cliente extranjero de Aarón, con el cuál Miriam del conmutador habló personalmente, se enteró y se sintió apenado luego de intentar enviarle “a la nueva Mrs. Müller” un regalo de bodas. Por supuesto que a pesar de la discreción de la secretaria del hombre, Miriam no lo fue tanto. No tuvo problema alguno en hablar de más y mal de mí, por mis infames acciones para con tan buena persona como lo era Aarón… 

Y si, hubo aún más llamadas que se sucedieron en ese mismo sentido a meses después de habernos separado. Con lo cual comprendí que nunca había sabido cuanto deseaba Aarón hacerme su esposa hasta que descubrí cuantas personas estaban enteradas de su intención.
Qué mal me sentí cada vez, cuando con mala voluntad, Miriam me lo contaba con fingida mortificación cuando eso sucedía. Qué pena sufrí por herir así a mi Aarón.

Con eso, ya sabrán lo que tuve que soportar; pero no intenten consolarme ustedes tampoco. Me equivoqué, fui egoísta y punto. Ese fue otro conocimiento que me hizo perdonar más a Robert, después de todo, no éramos tan distintos en cuanto a herir a terceros por falta de valor. 

Mi amiga Moka siempre estuvo ahí para mí. Apoyándome cuando el remordimiento me atacaba y eventualmente claudicó en su afán de empatarme con alguien, al darse cuenta de que eso no tenía caso y simplemente procuró levantarme el ánimo y hacerme sonreír. Por eso mismo, me sentí fatal de no devolverle el favor cuando se supo que Rob iba a estar de gira promocional por nuestro país por primera vez en su carrera.

Ella se puso eufórica de emoción y trató de convencerme para acompañarla a los estudios de televisión donde lo iban a entrevistar para verlo, pero me negué rotundamente alegando que era una locura intentarlo estando ella encinta. Afortunadamente, Edmundo su marido, estuvo de mi lado y aunque ella se enojó terriblemente con nosotros, finalmente tuvo que aceptar que sí era peligroso para el bebé un tumulto de fans histéricas luchando por la atención del actor británico.

Es evidente para ustedes que mis motivos no eran altruistas, sino vergonzosamente egoístas, ¿verdad? Además, ¿qué iba yo a decirle a Robert cuando me viera entre el gentío? Por supuesto que su educación lo haría detenerse a saludar y quizá hasta hacernos ingresar al edificio, pero ¿y luego? No… No iba a exponerme a semejante humillación cuando se despidiera incómodamente de su “ex” y actual acosadora. NO. Y ni hablar de las explicaciones que tendría que darle a Moka del cómo le conocía yo y porqué nunca se lo había contado. ¡Uf! ¡Seguro me mataba ese mismo día o de menos, se ponía mal de su embarazo por el disgusto! No, no, no…

Lo que sigue, no sé bien como narrarlo, porque es algo demasiado sorpresivo para mí también. Pienso que de hecho, ya se han dado cuenta lo caótico que está mi redacción en estos momentos, pero es que luego de nada, sucede todo y es difícil asimilarlo. Así que voy a contarlo como salga, sin ediciones, y espero puedan ustedes seguir el rumbo de mis palabras sin demasiado trabajo.

Era noviembre, poco antes de mis vacaciones y prácticamente dos años después de aquél nefasto tiempo en la finca de los Campbell, cuando un paquete llegó a mi oficina. Mi compañera –sí, esta vez se trataba de una mujer- lo miró fisgona cuando lo deposité en mi escritorio luego de firmarle  al chico de la paquetería. Yo tampoco tenía idea de lo que se trataba ya que no llevaba sellos de la Cambridge Press y me sorprendió que algo personal llegase a la oficina en vez de a mi casa, pero aún así lo abrí ahí mismo.

Al interior del embalaje, había otra caja sólo un poco más pequeña, la cual estaba sellada con una leyenda que leía “Frágil” en grandes letras. Con cuidado entonces, rasgué el sello y me topé con un envoltorio de esos de burbujas de plástico alrededor de un objeto rectangular. Lo desenrollé y lo que encontré fue un hermoso y gariboleado portarretratos entintado en color negro. Debajo de la leyenda impresa en el fondo del mismo que rezaba, “Insertar foto aquí”, habían garabateado éstas palabras en inglés: “No quiero dejar pasar más el tiempo y añorarte cuando sea demasiado tarde. Las memorias en mi mente no son suficientes.”

Se me cayeron las manos a los costados en shock. ¿Qué era esto? Mis ojos estaban sobre abiertos y mi rostro era una enorme mueca de sorpresa. Por supuesto que supe de inmediato de quién procedía, pero… ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué significaba? Mi corazón, que se había detenido mudo dentro de mi pecho, de repente empezó a retumbar con la fuerza de una campana épica amenazando con arrasarme con su clamor.

Los ojos se me aguaron. ¿Cómo? ¿Acaso no habíamos vivido ya demasiado como para saber que lo nuestro no iba a funcionar, jamás? Siempre terminábamos separados, heridos. ¿Por qué quería él intentarlo de nuevo? Kristen hacía mucho que ya no era parte de su vida y yo también estaba sola… ¿Atreverse? ¿Cómo?, me pregunté de nuevo.

-¿Qué es? -Inquirió Samantha casi tan extrañada como yo y con una gran sonrisa. – ¿Quién te envía un portarretratos? –Y rió alegremente.-

-No… No estoy segura… -Mentí, nerviosa.- 

-Mmm… ¿No dice quién? Mira, hay un sobre también. ¿Por qué  no lo abres? –dijo curiosa.-

Mordiéndome el labio tratando de contener las lágrimas que esas palabras atemorizantes y embargadoras me provocaban; decidí  sacar la carta mientras posaba mis ojos sobre Samantha, evaluando si podría hacerlo frente a ella. Esta vez, mi famoso autocontrol perdió miserablemente la batalla contra mi emoción, y con manos temblorosas tomé un abrecartas y rasgué el sobre. Sam intentó asomar la nariz al contenido de la misma, pero afortunadamente por ser más baja que yo más de una cabeza, pude controlar lo que ella veía.

Dentro, habían dos hojas dobladas a la mitad una sobre la otra. Tomé cada una entre mis manos y las observé con cuidado. Su desgarbada letra me acarició con sólo mirarla, y sólo después de eso, y de tratar de asimilar lo que estaba sintiendo; me puse a leer lo que decía la primera. Era un poema que nunca antes había leído y me tomó un poco de tiempo entenderlo, a pesar de ser tan evidente. 

El autor no era Robert, sino William Butler Yeats; uno de los grandes del siglo XX, y a ese, sí que le conocía.



WHEN YOU ARE OLD *
 *La traducción está al final del texto. 

By William Butler Yeats

When you are old and grey and full of sleep,
And nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;


How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true,
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face;


And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how Love fled
And paced upon the mountains overhead
And hid his face amid a crowd of stars. 






Lo releí varias veces antes de querer seguir con la segunda hoja. Era un poco complicado pensarlo en mi idioma y conferirle el poder que en su lengua original tenía estando tan alterada. Finalmente, opté por seguir con su mensaje y terminar de entender el porqué lo había elegido para enviármelo.


--------------
Noviembre 2013

Nina,

        Te pido una disculpa  por adelantado por haber roto mi promesa una vez más, pero; es que tengo que intentarlo.

     Averigüé hace un tiempo y por accidente que ya no estás con Aarón, y aunque intenté dejarlo ir, pensando que quizá y eventualmente la inquietud que eso me causaba pasaría, eso nunca sucedió. No quiero llegar a viejo y decirme estúpido cobarde por añorar tu recuerdo cuando aún puedo hacer algo.     

     Estaré pronto en tu país, la segunda semana de éste mismo mes, e iré en tu búsqueda.  Fue complicado, pero Arturo accedió finalmente a darme tu dirección. Por favor, no te molestes por mi atrevimiento al pretender presentarme en tu casa, sólo quiero… No ser tu secreto nunca más. 

     Pero si en verdad es demasiado tarde, por algo que yo no sepa, aún así me gustaría oírlo de tu boca. En la parte de atrás de ésta hoja te dejo un número al que puedes contactarme. De lo contario, estaré ahí, el viernes de esa semana, a las seis de la tarde. Espérame, por favor.

Robert

P.D: ¡Ojalá y el viento esté de mi parte ésta vez!

----------------

¿¡CÓMO!?

¿¡QUÉ!?

El estómago me dio un vuelco. ¿¡El viernes!? Me quedé en blanco y con el aliento contenido. Estábamos en el jueves siete, de la segunda semana del mes, me confirmó de un vistazo el calendario sobre mi escritorio. ¿¡Mañana!? ¡Dios! ¿Mañana?....

¿¡Arturo!? ¿Cómo que Arturo le había dado mí dirección? ¿De qué diablos estaba hablando?
Inmediatamente, al visualizar a mi hermano, pensé en llamarlo. Él tenía que explicarme qué estaba sucediendo. 

-¡Oye! ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás a punto de llorar Nin? ¿Está todo bien? ¿Quién te envía eso? ¿Qué dice?

La voz de Sam me volvió a mi lugar y pestañé varias veces para ubicarme en la realidad. Sí, las lágrimas ya amenazaban con nublarme la vista y entre ahogos la miré sin hacerlo.

-¿Nina…? ¿Te puedo ayudar en algo?

-Sam… ¿Te importaría dejarme a solas un  momento por favor? Tengo que hacer una llamada importante. ¿Sí?

-Por supuesto Nin. Tomó su IPad y salió de la oficina preocupada, pero sin indagar más, eso, lo intentaría más tarde de seguro pero no me importó. Metí la carta y el portarretratos en la caja y luego busqué mi IPhone en el bolso; pulsando sobre el nombre de Arturo sin dudarlo apenas apareció.

Desgraciadamente, el teléfono lo contestó su enfermera. Estaba en medio de una pequeña cirugía –una biopsia-, y no podía atender. Así que tuve que dejarle recado pidiendo que se comunicara lo más pronto posible con su hermana. Yo sabía que si de verdad Robert lo había contactado, él se imaginaría de qué se trataba.

Luego de cortar, miré el reloj de la carátula y bufé incrédula, ¡sólo eran las cinco de la tarde!, aún faltaban dos horas para cerrar el día si es que todo salía bien y no había más pendientes. ¡Dios! ¡Estaba tan nerviosa! Luego de estar tan tiesa como alambre, me desplomé sobre mi silla restregándome las manos, abriéndolas y cerrándolas varias veces también, tratando de hacer que la sangre regresara a esas extremidades. ¿Cómo era qué esto iba a pasar? ¡¿En mí casa?! ¿¡En serio!? ¡Dios!  Y me mordí los nudillos, extremadamente nerviosa.


-----------------
¡Oh, Sí!
Chicas, ¿están aferradas a sus sillas  y con una sonrisa de incredulidad? ¡Espero haber logrado ese efecto en ustedes! Je je… Y sí, es un poco cursi, pero ya es casi el final, así que se vale, ¿no?

Abajo les dejo el poema en español,  y  aquí la canción para éste capítulo del “soundtrack” que se está armando:

 Here With Me” – de The Killers. http://www.youtube.com/watch?v=3_hXDkKJ9Gc  El audio lo tuvo que modificar en su velocidad quién lo subió, debido al copyright, pero está bastante decente y la traducción es excelente.
 
Besos: Sissy


--------------------
CUANDO ESTÉS VIEJA Y CANSADA*
Por W. B. Yeats
Cuando estés vieja y gris y soñolienta,
Y cabeceando junto al fuego tomes este libro,
Y lo leas despacio, añorando la mirada suave
Que tus ojos un día tuvieron, ahora con profundas sombras;

Cuántos adoraron tus momentos de alegre gracia,
Y amaron tu belleza con amor falso, o verdadero,
Pero un hombre amó el alma peregrina en ti,
Y amó las penas de tu rostro cambiante;

E inclinándote junto al resplandor de los leños,
Murmures, un poco triste cómo huyó El Amor
Y como se fue lejos, sobre las montañas
Y escondió su rostro entre una multitud de estrellas.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------    

*ANÁLISIS DEL POEMA “Cuando seas vieja” : William Butler Yeats

El Romance suele estar asociado a la juventud, como si la vehemencia y la tenacidad de la pasión sólo pudiesen ser manifestadas a través de personajes jóvenes. También es justo afirmar que no toda la poesía romántica transita por estos carriles, y que en ocasiones, el vehículo que mejor expresa la ternura y el amor está absolutamente alejado de las convenciones.

Hemos elaborado esta subjetiva introducción sólo para presentar a un poeta que nada tenía de convencional: William Butler Yeats.

Habrá que decir que Yeats jamás pudo conquistar a la mujer que amaba, Maud Gonne, quien lo rechazó en dos oportunidades de manera directa, y otras tantas mediante esa abominable práctica, tan común en algunas mujeres: la indiferencia.

No podemos afirmarlo, pero nos gusta pensar que William Butler Yeats jamás dejó de considerarla hermosa, ni siquiera cuando la imaginaba reposando de su feminismo, despojada ya de todas aquellas virtudes que la hacían deseable, y acaso irresistible para los hombres.

Hay amores fugaces y arrebatadores, y amores tenaces y absolutos. Creemos que nuestro poeta la amó de todas las formas posibles.

ESPERO LES HAYA GUSTADO…. CARIñOS: SISSY









1 comentario:

  1. Well, this is kinda of strange, cause you never answer back but, I'm getting used to your silence. Weird, isn't it?
    Anyways... The fact is that you came really close, again. Even though you didn't nail everything. I keep getting the feeling that either you really know some deep stuff, or that you are playing a clever game. Will you tell me this time Sissy?
    Oh! Yeats was a nice touch!
    Silent Guy.

    ResponderBorrar